lunes, 17 de junio de 2013
domingo, 2 de junio de 2013
Inundaciones y Sequías en Argentina
Inundaciones y sequías
En los siguientes mapas se muestran zonas del territorio Argentino con problemas hídricos extremos: inundaciones y sequías. Ambos fenómenos afectan y condicionan la vida de sus habitantes. Según la Dirección de Cambio Climático, “aunque los impactos presentes y futuros del cambio climático afectan a todas las poblaciones, las más afectadas son y serán las comunidades más pobres, ya que para ellas eventos como sequías, inundaciones y tormentas suelen ser experiencias terribles al poner en riesgo su vida debido a su alta dependencia de los recursos naturales que las rodean y su limitada posibilidad de adaptación a las futuras condiciones climáticas sin ayuda externa” .
MAPA DE SEQUIAS
Las sequías resultan de condiciones hídricas en las que prevalece la escasez de agua como resultado de precipitaciones insuficientes en una serie de años sucesivos1. Como consecuencia, la disponibilidad de agua decae por debajo de los requerimientos estadísticos de un área y, por lo tanto, no resulta suficiente para abastecer las necesidades de las plantas, los animales y los humanos. La sequía es un proceso complejo, se presenta en general en zonas de lluvias con régimen variable y depende de la escasa o nula ocurrencia de precipitaciones, de la capacidad de almacenamiento del suelo (balance hídrico negativo) y de las características de la cubierta vegetal. Sus consecuencias son más graves en las poblaciones de menores recursos: las pérdidas en la producción provocan inseguridad alimentaria, desnutrición, epidemias y desplazamientos de poblaciones hacia otras zonas.
Las sequías resultan de condiciones hídricas en las que prevalece la escasez de agua como resultado de precipitaciones insuficientes en una serie de años sucesivos1. Como consecuencia, la disponibilidad de agua decae por debajo de los requerimientos estadísticos de un área y, por lo tanto, no resulta suficiente para abastecer las necesidades de las plantas, los animales y los humanos. La sequía es un proceso complejo, se presenta en general en zonas de lluvias con régimen variable y depende de la escasa o nula ocurrencia de precipitaciones, de la capacidad de almacenamiento del suelo (balance hídrico negativo) y de las características de la cubierta vegetal. Sus consecuencias son más graves en las poblaciones de menores recursos: las pérdidas en la producción provocan inseguridad alimentaria, desnutrición, epidemias y desplazamientos de poblaciones hacia otras zonas.
MAPA DE INUNDACIONES
Las inundaciones (o anegamiento temporario de tierras) se originan por lluvias intensas, por deshielo y por los fuertes vientos que provocan el desbordamiento de los ríos y embalses en el interior del país y en las zonas costeras.
Una parte importante del territorio argentino se encuentra expuesta al riesgo de inundaciones. La principal área de riesgo se extiende por el centro y el este del país, principalmente en las zonas bajas o con escasa pendiente expuestas a las crecidas de los ríos, como es el caso de la margen derecha del río Paraná y la cuenca del Salado del Sur. En estas zonas, el riesgo se ha incrementado en las últimas décadas debido a diversos factores, como la expansión de la superficie construida en las ciudades del área, lo que vuelve impermeable el suelo y facilita el escurrimiento del agua de lluvia hacia zonas más bajas y a la importante deforestación en la cuenca superior del sistema Paraná- Paraguay (Brasil) que provoca la crecida de los ríos ubicados aguas abajo.
En la costa del Río de la Plata, las inundaciones están asociadas al fenómeno meteorológico conocido como Sudestada, caracterizado por vientos persistentes, de regulares a fuertes, del sector sudeste, lo cual produce un aumento del nivel del río que ocupa las zonas bajas.
La Región Metropolitana de Buenos Aires, no escapa a esta situación, siendo cada vez más vulnerable a causa del Cambio Climático. Las inundaciones se producen por una concurrencia de factores, las intensas lluvias que provocan el anegamiento y desborde de los arroyos metropolitanos, que corren generalmente entubados por debajo de la ciudad y los fuertes vientos del sector sudeste que dificultan su escurrimiento al Río de la Plata. A estos factores naturales se suma el crecimiento descontrolado de la ciudad, la obsolescencia, insuficiencia y escaso mantenimiento del sistema de desagüe pluvial, el relleno y ocupación de franjas costeras que dificultan aún más el drenaje.
Entre los principales efectos o consecuencias de las inundaciones se destacan la interrupción de vías y medios de comunicación, el deterioro o la destrucción de viviendas y otros edificios, la pérdida de cultivos y la inutilización temporaria de los suelos agrícolas y su deterioro por la erosión hídrica, la salinización, la contaminación de las aguas, la proliferación de vectores de enfermedades y el consecuente riesgo para la salud de la población.
Los sistemas de alerta meteorológica se han ido afianzando, pero aún no hay cultura de suspensión de actividades ni de evacuación preventiva de ocupantes de zonas en situación de riesgo.
La Región Metropolitana de Buenos Aires, no escapa a esta situación, siendo cada vez más vulnerable a causa del Cambio Climático. Las inundaciones se producen por una concurrencia de factores, las intensas lluvias que provocan el anegamiento y desborde de los arroyos metropolitanos, que corren generalmente entubados por debajo de la ciudad y los fuertes vientos del sector sudeste que dificultan su escurrimiento al Río de la Plata. A estos factores naturales se suma el crecimiento descontrolado de la ciudad, la obsolescencia, insuficiencia y escaso mantenimiento del sistema de desagüe pluvial, el relleno y ocupación de franjas costeras que dificultan aún más el drenaje.
Entre los principales efectos o consecuencias de las inundaciones se destacan la interrupción de vías y medios de comunicación, el deterioro o la destrucción de viviendas y otros edificios, la pérdida de cultivos y la inutilización temporaria de los suelos agrícolas y su deterioro por la erosión hídrica, la salinización, la contaminación de las aguas, la proliferación de vectores de enfermedades y el consecuente riesgo para la salud de la población.
Los sistemas de alerta meteorológica se han ido afianzando, pero aún no hay cultura de suspensión de actividades ni de evacuación preventiva de ocupantes de zonas en situación de riesgo.
Análisis de Caso: Inundación en La Plata y Capital Federal
LAS CAUSAS DE UNA CATÁSTROFE HISTÓRICA
Decenas de muertos, miles de evacuados, pérdidas millonarias dejó la inundación en Capital, Gran Buenos Aires y La Plata. Por qué pasó. Las reacciones políticas y la siempre presente solidaridad de los argentinos.
Eran las tres y media de la mañana y el cielo, encapotado desde mucho antes. Un alerta meteorológico de los tantos había movido a los porteños a tomar algunas precauciones, las mínimas, como la de colgar la ropa adentro de las casas. El cielo bramó. La lluvia y el viento desatados parecieron eternos. En Barrio Mitre, un pequeño vecindario próximo a la frontera con la provincia, Antonio Maciel, un padre de familia de 45 años, instaló la compuerta, conocedor de los riesgos de vivir bajo nivel. El agua subió de repente y superó los marcos de las ventanas. “No pudimos hacer nada, y fuimos arriba a la casa de los primos y llevamos los dos chicos arriba y mi suegra y mi suegro que está enfermo. Falleció una vecina, que quedó adentro y murió ahogada”. La catástrofe se abatió sobre Buenos Aires y sus alrededores y horas después y con mayor virulencia, sobre La Plata. Capricho de la naturaleza mezclada con imprevisión humana, se llevó la vida de seis personas en la ciudad de Buenos Aires y más de cincuenta en la capital bonaerense. Las pérdidas son incalculables. El enorme desastre también permitió mostrar otro costado de la sociedad, y entonces llegó la solidaridad como un soplo de vida. Y como en toda tragedia, también los actos miserables. “La Metropolitana se preocupaba más por el shopping que por nosotros y trajeron un montón de coches de asalto”, se lamenta Antonio.
El clima. El fenómeno meteorológico que azotó varias zonas del país, pero sacudió con especial fuerza la Capital Federal, el Gran Buenos Aires y La Plata, no es una catástrofe más. Responde al cambio climático que se experimenta a nivel global y que empieza a mostrar su fea cara.
Para intentar explicar este fenómeno, Veintitrés consultó a Antonio Deane, titular del servicio de información climática Weather Wise Argentina, quien señaló: “Hay que entender que estos fenómenos climáticos existen de una manera caótica, pero existen, y en casi todas partes del mundo. Pongamos como ejemplo el huracán Sandy, que impactó hace poco en la ciudad de Nueva York. Fue previsto con antelación, pero los factores que lo crearon son más o menos parecidos al sucedido en nuestro territorio”. El experto en agrometeorología se apoya en el caso de Estados Unidos para explicar mejor lo ocurrido en la Argentina. “El huracán, de tremenda potencia, se alimentó del vapor del golfo de México, que tenía una temperatura de 30 grados, aunque tiempo después los expertos reconocieron que había sido una tormenta tropical. En Buenos Aires, sus alrededores y La Plata el fenómeno se puede explicar así: en el cielo hay áreas donde existe vapor en suspensión y otras áreas secas. El Río de la Plata, una masa de agua de baja profundidad y cálida, bombeó el vapor hacia el 60 % del territorio. Para que una gota de agua caiga del cielo hacen falta 7 mil partes de vapor. Entre Buenos Aires y Mendoza hubo un centro de baja presión que aceleró aún más el ingreso de vapor proveniente del río. Durante la madrugada del día 2 hubo cinco tormentas entre Bahía Blanca, Buenos Aires y Montevideo”.
–¿Fallaron los pronósticos?
–Los pronosticadores podemos fallar, y hace tan sólo una semana erramos con una precipitación copiosa ocurrida entre San Nicolás y el sur de Córdoba. La de La Plata y Buenos Aires fue prevista por los modelos de pronóstico, pero no se pudo suponer la real magnitud y semejante descalabro. Hubo radares meteorológicos que no leían hacia el oeste y sur.
Durante la noche del 4 de abril de 2012 se desató una tormenta huracanada que dejó un tendal de daños materiales y la pérdida de 25 vidas. El 6 de diciembre por la tarde, una elevada temperatura ambiente terminó en un fuerte aguacero. Poco tiempo antes, el Grupo de Trabajo II del panel intergubernamental de Cambio Climático de Naciones Unidas, con el meteorólogo Vicente Barros a la cabeza, presentaba en sociedad un estudio. El paper aseguraba que el territorio bonaerense padecería lluvias más agudas y sugería la realización de obras consistentes en canales aliviadores y sistemas de alerta. Las inundaciones se hicieron más frecuentes en la década de los ’70. La impermeabilización de los suelos a costa de tanta agua caída ya no alcanza a evaporarse ni a drenar.
Greenpeace, por su parte, reclamó a las autoridades tomar en serio el cambio climático: “La cuestión ambiental nunca ha sido prioritaria y hay que reconocerlo como problema… es necesario estar prevenido para este tipo de fenómenos cada vez más excepcionales”, señaló en un comunicado. Agrupaciones en pro de la conservación de los bosques afirman que en los dos últimos años se desmontaron un millón de hectáreas, área equivalente a 50 veces la Capital Federal.
Respecto de estos fenómenos, ante la pregunta de si la Argentina está “tropicalizada”, la doctora Matilde Rusticucci, directora del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos e investigadora del Conicet, respondió: “Claramente no. Un clima tropical implica que la temperatura es constante a lo largo del año, y en nuestras latitudes tenemos estaciones bien marcadas. Lo que sabemos, por estudios realizados en nuestro país, es que las temperaturas aumentaron significativamente, en casi todos los meses”.
–¿Estos son episodios climáticos aislados o tendremos que acostumbrarnos?
–Los llamamos “eventos climáticos extremos”. Sabemos que la frecuencia ha ido aumentando en nuestra región, y que según los modelos climáticos globales que se utilizan para proyectar el clima en los próximos años, esta frecuencia seguirá incrementándose. Esto quiere decir, claramente, que debemos saber que van a ocurrir más seguido.
–¿Por qué no se llegan a predecir con más tiempo?
–El alerta de lluvias extremas estaba difundido por el Servicio Meteorológico Nacional. El problema es que un sistema de alerta se completa cuando le llega a la población la información de las acciones a tomar.
Para Pablo Canziani, director en Ciencias Físicas e investigador del Conicet, el Servicio Meteorológico Nacional está resurgiendo de décadas de desmantelamiento y abandono. En 1966, el entonces presidente de facto Juan Carlos Onganía transfirió a la órbita de la Fuerza Aérea un organismo que fue primero en Latinoamérica y segundo en el mundo. “Con el tiempo fue perdiendo su parte operativa y con las privatizaciones de los años ’90 de Ferrocarriles Argentinos e Hidronor que aportaban redes meteorológicas, se sintieron los efectos”, señala Canziani, quien es además director de Estudios Atmosféricos de la Universidad Católica Argentina. “Desde 2005, el SMN está bajo la órbita del Ministerio de Defensa y con apoyo de Ciencia y Técnica. Confío en que con el tiempo las funciones y la tecnología van a mejorar para que podamos pronosticar mejor los fenómenos. El modelo de predicción debe ser tan bueno como el dato que se ingrese en él”, añade el especialista.
Antonio Elio Brailovsky es un ambientalista que en 2010 publicó Buenos Aires, ciudad inundable en la editora Capital Intelectual. En sus páginas dio pistas sobre varias de las causas por las que la ciudad capital se inunda una y otra vez. “Para la cuenca del Maldonado, uno de los templos es la construcción de la autopista Perito Moreno durante la última dictadura militar, cuando se atravesó el techo de canalización con las columnas de sostén a la altura de su cruce con la avenida Juan B. Justo; los escombros nunca fueros retirados y obstaculizan el normal escurrimiento de agua del arroyo en la entrada de la ciudad”. También apuntó al auge de los barrios privados que rodean la metrópolis: “Tenemos un conjunto de urbanizaciones de lujo –vendidas como “parques náuticos”– en los humedales del Delta del Paraná. La estrategia de todas es la misma: construir en el pantano, sobreelevando una parte del terreno, para lo cual se toma tierra del fondo de una laguna interior. Estos proyectos carecen de un adecuado estudio hidrológico que garantice que no van a inundar a los vecinos, de modo que es probable que por lo menos algunos de ellos lo hagan”.
El reconocido arquitecto Rodolfo Livingston aporta que “la ciudad y el conurbano son una sola unidad, y la ciudad avanza a causa de la especulación inmobiliaria. Se ignora lo que está abajo y arriba, la naturaleza, y de pronto todo hace crisis. Existe un viejo plano de Buenos Aires donde están todos los arroyos, un plano que explicaba cómo corrían las aguas de las lluvias. Esos cursos de agua fueron tapados, y a los ríos no les gusta que los metan en tubos. Asfaltan todas las calles y todo el mundo lo ve como algo mejor. Los países tienen en común que creen en el consumo indefinido. Más consumo, más salarios, más desarrollo, y eso es imposible. Aparece así el calentamiento global, no hace falta seguir fabricando autos, por ejemplo. Por día, en el país nacen más autos que niños”, y argumenta sobre la base de su experiencia en Cuba, donde todos los habitantes ayudan a reconstruir las casas después de una catástrofe. “La comunidad organizada puede colaborar en la reconstrucción. En este caso hay 350 mil evacuados en un área con cuatro millones de familias, y es mucho lo que se puede hacer. Acá hay que destapar los desagües pluviales y protestar. Cuando se pretendan hacer ‘nordeltas’ tiene que haber alguien que diga que no”, agrega Livingston.
Fuente e Informe completo: http://veintitres.infonews.com/nota-6534-portada-titulo.html
Informe 2012: Fenómenos Meteorológicos Extremos -Argentina-
Informe fenómenos meteorológicos extremos en argentina
18/9/12
PUBLICADO POR MAURO TCHORBADJIAN ON 23:11
A lo largo del Martes 18 de Septiembre de 2012 se dieron en Argentina múltiples fenómenos meteorológicos de distinto tipo. Este informe dará informacion sobre cada uno de estos y sobre las zonas que fueron afectadas.
La unica forma de realizar el informe fue bajo el titulo de "fenomenos meteorologicos extremos" ya que se registraron practicamente todos los eventos meteorologicos que pueden darse en Argentina, y todos ocurriendo de manera simultanea. Los fenomenos registrados fueron:
-Viento Zonda: Salta y Jujuy.
-Tormentas Severas: Corrientes, Formosa y Misiones. Posibles tornados en Paraguay, Misiones y Brasil.
-Tormentas de granizo: San Juan.
-Tormentas fuertes: Chaco, Santiago del Estero, norte de Santa Fe.
-Sudestada [vientos intensos, lluvias fuertes y moderadas. inundaciones de zonas costeras]: Rio de la Plata y áreas adyacentes (se publicará un informe aparte sobre la sudestada).
-Lluvias Intensas: Santa Fe, Entre Rios.
-Nieve: Sierras de Cordoba y Mendoza
Climas de Argentina
La región continental argentina presenta un gran desarrollo en el sentido de las latitudes.
Por esta razón, existe una amplia variedad de climas, que van desde el tropical hasta los fríos del sur, con diversos climas templados entre uno y otro extremo.
Clima Cálido:
Este tipo se presenta en el ángulo noreste del territorio argentino. Los vientos dominantes provienen del Norte, Noreste y Este.
Clima Templado:
En el centro del país. Por la cantidad y la distribución de las precipitaciones pluviales se distinguen dos tipos: al Este, el templado húmedo, y, al Oeste, una ancha faja de transición hacia el clima árido. La temperatura media es de 15¤C.
Clima Frío:
En la región Sudoeste del país. Se caracteriza por presentar una temperatura media de alrededor de los 7¤C, aunque varía con la altura.
Clima árido:
Este tipo de clima se estiende en una especie de franja de Noroeste a Sureste del país, y presenta cuatro variedades según la altura y la latitud:
1- Árido de alta montaña: Por encima de los 3000 m.s.n.m. La amplitud térmica es muy grande, tanto en la dimensión diaria como anual, y se producen heladas todo el año.
2- Árido de sierras y campos: La temperatura media anual es de alrededor de 18¤C. La amplitud térmica es mayor entre el día y la noche que entre le verano y el invierno.
3- Árido de estepa: (Norte de la Patagonia) Temperatura media menor de 15º C. Heladas frecuentes, y precipitaciones muy escasas (menos de 400 mm al año).
4- Árido frío:(Sur de la Patagonia) Temperatura media cercana a los 10ºC. Precipitaciones inferiores a los 300 mm al año.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)