19/01/09
Actualmente en la ciudad de Buenos Aires hay más de 12.000 casas tomadas, de las cuales aproximadamente el 40% pertenecen al gobierno nacional y al de la ciudad de Buenos Aires, y el resto a particulares.
Como mínimo en cada uno de estos inmuebles viven 10 personas y en algunos hasta 200, por lo que se puede inferir que prácticamente más de 100.000 personas “habitan” en casas tomadas.
El propio Gobierno de la Ciudad estima que un 10% de la población porteña, unas 300.000 personas, viven precariamente y en graves condiciones de hacinamiento en villas, asentamientos y casas tomadas.
También hay que sumarle una cantidad indeterminada que vive en conventillos o piezas de hoteles en pésimo estado de sanidad.
Actualmente los barrios en que proliferan las casas tomadas son: La Boca, San Telmo (ocupaba el primer lugar hasta hace unos cuatro años), Almagro, Montserrat, Floresta, Palermo Viejo, Villa Crespo, Mataderos, porque aún conservan casas antiguas de muchas habitaciones.
El Instituto de la Vivienda de la Ciudad –IVC reconoce que la ciudad mantiene un déficit habitacional de larga data y que faltarían construir al menos unas 70.000 viviendas, para palearlo.
En la década de los 90 las casas tomadas eran 3000 y este crecimiento exponencial a más de 12.000 es una confluencia de varios factores, sobre todo los derivados de la crisis del 2001.
Como las propiedades se revaluaron significativamente a partir del 2004/5, muchos dueños de casas iniciaron o activaron las causas judiciales a los efectos de recuperarlas para poder venderlas.
Con el "boom" del turismo varios dueños de hoteles baratos de los que alojaban gente sin techo, decidieron convertir sus establecimientos en "hostels" para turistas.
También influyó -aunque en menor medida- algunas sentencias de juicios hipotecarios de deudores que dejaron de pagar sus créditos durante la crisis, principalmente con inmobiliarias o privados y perdieron sus viviendas porque fueron rematadas. Las casas tomadas forman parte de un negocio redituable para las "organizaciones informales" que con asistencia legal firman contratos de alquiler con locadores "inexistentes" y les "fabrican" recibos truchos a los "inquilinos" de bajos recursos.
Ahora también hay gente que usurpa viviendas para luego conseguir alguna ayuda oficial (subsidios).
El "rescate" de una casa tomada siempre fue del 20% del valor de mercado de la propiedad, considerando que está ocupada.
Enrique Abatti, fundador y directivo de la Cámara de Propietarios de la República Argentina (CAPRA), explicó que "hace dos meses inicié el lanzamiento de una casa tomada en Almagro pero la jueza se asustó y lo suspendió porque los ocupantes amenazaron con arrojar garrafas".
El Gobierno de la Ciudad se maneja con mucha torpeza en este tema porque "al ofrecer subsidios de hasta $ 12.000 fomenta las usurpaciones".
En este edificio “estaban censadas 41 familias, cuando fui a hacer el lanzamiento en mayo ya había 61 familias ( al enterarse de la existencia del subsidio) y cuando lo concrete "en unos meses más - seguramente habrá más de 80 si no se viene abajo el edificio antes", enfatizó Abatti
El auge de las casas tomadas se inicia a partir de 1984 cuando se disminuyeron las penas por usurpación de inmuebles (modificación del artículo 181 del Código Penal)
Diez años después en 1994 se volvió al sistema anterior, aumentando las penas y "en caso de usurpación, el desalojo inmediato con intervención de la Policía".
En el 2004 la Legislatura porteña votó una ley que declaraba a la Capital en estado de "emergencia habitacional" obligando a la Ciudad a destinar entre 50 y 100 millones de pesos anuales para construir viviendas o ayudar con subsidios y créditos a las familias sin techo propio.
Si los subsidios se convierten en una política permanente se correría el peligro de alentar nuevas usurpaciones pero con $ 6.500, promedio de los subsidios cuántos ladrillos se pueden comprar?. Sólo para ejemplificar.
¿Y el artículo 14 bis de la Constitución Nacional del derecho a la vivienda propia de todo ciudadano?. Un problema social en crecimiento sin soluciones de fondo. |
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